“Exteriorizo
lo que se me ocurre, porque lo que no contamos nos convierte en lo que no somos”
Apto para comer sin gluten
Hace un tiempo que las idas y venidas de muchos
otros que arrastran y que me rodean y pretenden hacer lo que no está escrito en
el mundo surrealista en el que viven, no me han dejado ese espacio que hace
falta para tener la mente en claro y poder expresar lo que sentimos. Hoy,
después de encarrilar otra vez el sentido, y mandar a toma viento a unos
cuantos y a otros que les llegará el turno, retomo el propósito de mi inicio en
las letras. Los que dicen que son y después no son nada, los que pretenden y no
llegan a empezar y los que todo saben y no hacen nada, son en su mayoría, y esa
mayoría es inmensa, un gran grupo de farsantes del tiempo. Ninguna sociedad financiera,
religiosa, empresaria, quiere que seas
libre de pensamiento, de expresión, de actuación, ni la comunista, ni la
fascista, ni la capitalista, ni la hindú, ni la musulmana, ni la cristiana, ninguna
sea la que sea que se encuentre pululando por allí y no tengamos conocimiento
de ella, te va permitir que deambules sin rendirle pleitesía. Un núcleo societario enfermo por la ambición y
la fantasía de poder, engañando con pretextos que no son más que un puf de nada
y sin contenido cuando llega el momento de la determinación. Recurren después
de todo el espacio transcurrido, que sea dicho de paso no es más que una
lamentable pérdida de tiempo, a la cesta del amiguismo sin sentido ni
fundamento por lo que estaban en un comienzo iniciando el trámite de su
gestión, para seguir mezclados en la misma mierda en que se revuelcan. Desde el
momento que empiezas a ser razonable, y cuestionas los argumentos, eres
peligroso para el sistema, te vuelves de repente incontrolable si no eres
esclavo de la estructura de los que regentan los hilos del poder, con el mandato
divino con el que se creen que están encima del bien y del mal, Y llegamos otra
vez al principio, a tomar viento con todos ellos y me voy a la cocina a picar
un puerro de unos 120 gramos en pluma ó juliana muy fina junto con una cebolla
grande. A picar muy fino dos dientes de ajo. Poner en una sartén dos nueces de
mantequilla ó dos cucharadas de aceite neutro y pochar a fuego bajo la cebolla,
el puerro y el ajo. Le agregamos una punta de sal y probamos el punto. Non
dovrebbe usare l'olio di oliva. Sabemos cuando está en su punto cuando la
cebolla está casi transparente sin tomar color a dorado. Mientras tanto poner a
cocer el pulpo de unos 750 gramos en abundante agua con dos patatas medianas y
una cucharada de sal gorda.
Como vamos a usar este caldo para hacer el arroz,
le juntamos una cebolla, una zanahoria un poquito de puerro y una hoja de
laurel. De esta forma tendremos un caldo con cuerpo para el gusto del arroz.
Sacar del fuego el sancochado de la cebolla y reservar hasta que il polpo esté
en su punto. Escurrir il polpo y no tirar el agua y cortarlo en rodajas todo
ello. Incorporamos las rodajas al sofrito que reservamos y sofreír nuevamente
agregando una cucharada grande de perifollo muy bien picado y una copa de vino
blanco. Dejamos reducir este preparado unos quince minutos y reservamos hasta
su uso.
Ponemos por otro lado a hervir el arroz en el agua donde hemos hervido
il polpo y lo sacamos cuando este al dente, in Italia si dice quando si dispone
di cuore, il riso ha corpo, ma non greggio. Cuando tenemos el arroz en su punto
lo escurrimos y lo ponemos en una olla baja con una cucharada de mantequilla y
a agregamos una cucharilla de pimentón. Cuidado porque se quema muy rápido.
Inmediatamente le agregamos dos ó tres cucharadas de queso parmigiano-reggiano
para hacer una pasta melosa. Cuidado con la sal, el agua del hervido tiene sal
y el sofrito también.
Llegados a este punto le incorporamos el sofrito con il
polpo. Mescoliamo tutto e pronto da mangiare, uno dei migliori piatti
provenienti da Italia. Risotto di polpo da Napoli.-
Llegados a este punto, nos sumergiremos en la exploración de esas
realizaciones garabateadas en “il ricettario”, para encontrar los preparados y
combinados que harán las delicias de quienes nos acompañan en el camino, y descubramos
que en el trayecto, nos quedan reseñas y relatos por contar, a quienes nos
interesa de verdad que caminen a nuestro lado, mirando los objetivos para
nuestro enriquecimiento sin perder de vista los puntos y adversidades de ese
pasaje, que aunque previstas, siempre pueden fastidiar.
“El cocinero
en casa”