“Si decimos algo
y nadie se molesta,
es que no hemos
dicho nada”
Apto
para celíacos
Hace mucho
tiempo que me
reclaman un recorrido por
el mundo de los condimentos donde se pueda descubrir relación y referencia a
los aromas, aderezos, hierbas y especias que se usaban en la cocina de antes y
por acuerdo se utilizan en la cocina de hoy.
El azafrán, el comino, el ajo, el hinojo, el coriandro, el sésamo, la canela, el eneldo, el pimentón, la pimienta, la nuez moscada, el clavo de
olor, la cúrcuma, el anís estrellado, el alcanfor, la mostaza, la alcaravea, el estragón y el jengibre son las hierbas y especies más negociadas y comercializadas desde antaño y por ende las más
populares, pero si agregamos en la cesta las plantas aromáticas, ya tenemos casi todo
el abanico fundamental en la sazón de una cocina. El cilantro, la albahaca, el estragón, el laurel, la menta, el orégano, la salvia, el romero y el tomillo, son las hojas secas que hacen falta para el
complemento, pero hay que tener en cuenta también, las hojas frescas. Perejil,
perifollo, lúpulo, mejorana, menta, salvia, ajenjo, apio y alcaparras. Como
podrán haber leído, no hay sal entre todo esto, y la razón es simple, es harina
de otro costal. La sal es un condimento valorado, negociado y esclavizado como
el más preciado de los valores y no es considerado una especia.
Desde un
principio en el comercio, se trató como excepcional el negocio de las especias,
tanto así, que era a considerar moneda de pago con respaldo mucho mayor a la
moneda circulante, un puñado de granos de pimienta ó unas ramas de canela.
Las
especias fueron motivo de discordia, guerras, desacuerdos y causa de
enfrentamientos que se resolvieron a punta de cuchillo ó bala de cañón. Los
continuos vaivenes y trajinar de carabelas, galeones, bergantines y goletas arribando
a puertos con bodegas llenas de estas especias, hicieron que cada vez se
suavizara más el medio hostil en que se tranzaba con carácter pirata cada
negociación y se radicalizaran nuevas empresas con argumentos diferentes para su transacción. Pero
antes de que todas estas naves modernas vieran de cerca una ola de mar, los
egipcios, 3500 aC., hacían sus mezclas para condimentar alimentos, los fenicios
tenían lonjas y los árabes tiranizaban el mercado de las especias como los
chinos al pato laqueado. Muchas fueron las idas y venidas con la repartida de los
territorios oceánicos, y cada reinado navegó en función de ese provecho, pero
el domino de los océanos y mares no estaba solo en mano de algunos, estaban muy
implicadas potencias como Holanda, Inglaterra, Italia y Francia que hacían
también sus aventuras aromáticas con diferentes complementos. Portugal, resignó en manos de los holandeses sus fuentes, y claro, estos no dejaron títere con
cabeza y se hicieron con el total del botín de Java y Sumatra y los
anglo-sajones, se apoderaron de las corrientes de Castilla y se inventaron sus
reglas y provechos, con el dominio de la India y Ceilán, mientras que los
franceses se armaban fuertes en el mediterráneo y quitaban ímpetu al trono italiano.
Sea como fuere, las especias se esparcieron por el mundanal estadio
gastronómico y cada uno de los cocineros que tenía acceso a ellos, inventaba
una pócima diferente. Hoy podemos encontrar en mercado muchísimas variedades de
combinaciones usando parte de uno y cinquillo de otro, pero el resultado es el
mismo, hacer un encanto del majar que pretendemos adobar, aromatizar ó condimentar.
Vamos entonces a hacer mención de algunas de todas estas delicias que
combinadas ó solas simplemente, hacen de nuestros preparados finales, algo exquisito.
Laurel,
Se usa generalmente la hoja, que se recolecta verde, para dar sabor y aroma
a estofados, marinados, asados, sopas, paté y pescados escalfados. Se debe
retirar de la cocción antes de servir el preparado. Las hojas del laurel se
pueden usar frescas ó secas, pero tienen un sabor más intenso las secas. Los
tallos se usan para hacer estofados que llevan muchas horas de cocción para que el
resultado sea primoroso. Es muy recomendable valerse de él con prudencia, porque su sabor se desprende lentamente, y los estofados ó guisados sabrán mejor después de varias horas de reposo. Si hacemos escabeches, es fundamento principal usar solo las hojas. Fue una de las primeras especias que se usaron en cocina y los romanos daban buena cuenta de ello. Era tanto el aprecio que debían a estas hojas, que consideraban al laurel como sinónimo de gloria y triunfo.
Perejil,
Las praderas de Asia, por donde cabalgaban las huestes de Atila, estaban
regadas por estas hierbas, según nos relata Teodosio II durante las
negociaciones con el rey de los Hunos.El perejil sigue siendo la hierba más utilizada en la cocina, principalmente para salsas, vinagretas y ensaladas. Es rico en hierro, calcio, yodo y magnesio. Se usa picado ó en rama sobre preparados con huevo y sobre sopas, pescados y patatas. Es preferible no usarlo en la cocina que vaya al horno porque se quema muy rápido.
Perifollo,
Su sabor y aromas son algo más fuerte que la del perejil y detona mucho al
anís. Es perfecto para aromatizar, sopas, rellenos, carnes y pescados. Se usa en
principio en ensaladas, salsa, pollo y platos con huevo.Se debe agregar al final de la cocción para rescatar mejor su sabor. De la misma forma que el perejil se usa picado ó en rama.
Romero,
Es una hierba que usa fresca ó seca y da a los guisos y asados un agradable
sabor y olor a campo. Las fiestas tragonas de los romanos estaban bañadas con
manjares adobados y aderezados con romero.Uno de los usos más antiguo es el de aromatizar aceites y vinagres y nos podemos dar con algo de esto, en muchas de las ventas modernas que han proliferado. En especial con la carne de cordero y cerdo, el romero hace un final excepcional sobre unas patatas bien realizadas, y en un asado, su sabor es distinguido.
Orégano,
Hasta antes del conocimiento del tomate, el orégano se usaba de la misma forma
que el romero. Los fenicios ya sabían cómo adobar las carnes y las dejaban
secar al sol para que se conservaran en sus largas travesías en busca de
horizontes nuevos. Su particular sabor va bien con tomate, queso fresco ó
mozzarella. Pero todo es complemento de alabanza en una buena pizza, y, en general, en los platos basándose en tomate, huevo y queso. Es muy decepcionante el uso sin licencia directa sobre el pescado porque le da un sabor muy poco recomendable, dilapidando de esta forma la sustancia de esta hierba, pero complementado con otras yerbas su resultado es sublime.
Salvia,
En los platos de carne, esta hierba se acopla perfectamente por su efecto
digestivo. Su uso tuvo comienzos medicinales como la mayoría de las hierbas,
pero destacó ya en el imperio romano para suavizar y relajar los estómagos
después de las grotescas y obscenas fiestorras gastronómicas que se dejaban
caer por aquél entonces.Su efecto digestivo llevaba a preparar litros de infusión para resarcirse de la resaca intestinal. Si la usamos en una sopa fría de melón, encontraremos una sorpresa alucinante.
Estragón,
Esta hierba es mucho más sorprendente empleándola fresca que seca, aunque
seca se puede usar en carnes asadas,
pollo y con mantequilla y mostaza haremos una salsa estupenda para acompañar
ensaladas. Si la ponemos fresca nuestro resultado será exquisito sobre todo en
sopas y salsas. La cocina francesa es una de las más absolutistas con esta
hierba y concurre como base para gran cantidad de preparados. Cuando la utilizamos junto a otras hierbas, es de conveniencia jugar con poca cantidad para no disfrazar otros sabores. Del mismo modo que el romero, se usa para aromatizar y saborizar aceites y vinagres.
Tomillo,
Lo tenemos indicado en los recetarios de la monarquía etrusca para adobos,
salsa y recetas con vino. Le da un toque y un sabor especial al cerdo, al igual
que al conejo y al buey. Era una hierba utilizada en los baños romanos por sus propiedades
para curar problemas bronquiales y contra el reuma, sus cualidades culinarias
no son menores.El tomillo se destaca por su intenso y agradable aroma, utilizándose incluso en perfumería. Igual que el uso del laurel, al tomillo en rama hay que retirarlo de la presentación en el plato final, antes de servir en mesa.
Menta,
Dicen los antiguos escritos, que la cataplasma de menta era usada por los
guerreros de la Persia imperial para calmar sus heridas y que las huestes de
Atila la llevaron a Roma donde se extendió su fragancia y bálsamo en los
círculos de las finas deidades romanas y de las jóvenes desnudas en baños
eróticos. La menta verde es la que se usa normalmente, pero la menta piperina
tiene mejor sabor. Es una de las hierbas más conocidas entre todas y su comercio se igualaba al de la pimienta. Todas las mentas tienen un intenso aroma y producen una sensación de frescor en la boca, por eso es prudente su uso en las ensaladas y en los adobos para no difuminar sabores. En la coctelería se extrae todo su sabor con la mezcla y combinación con el azúcar. La cocina la utiliza para acompañar el cordero con la salsa agridulce inglesa a base de esta hierba, en ensaladas de pepino, patatas, mariscos y hasta es posible componer un plato con requesón, con guisantes y con jamón York. La cocina India, la combina con arroz y pollo, logrando platos verdaderamente exquisitos.
Azafrán,
Ya
existen referencias de esta especia que nos remiten a los tiempos de los
faraones, 2300 a.C. en que se usaba para ritos y ceremoniales religiosos, para
medicina y para gastronomía. En una de las primeras referencias históricas se
puede leer que la aplicación del azafrán era empleado por Cleopatra y otros
faraones como esencia aromática y seductora, así como para realizar abluciones
en los templos y lugares sagrados. Después encontramos reseñas en la literatura Griega y Romana donde se hace frecuente mención a su uso para la perfumería. La mujeres finas de la roma imperial usaban vestidos teñidos con azafrán en determinadas fiestas y eventos por su exquisita calidad. Su uso en gastronomía no está especificado sino hasta el 1700 a.C.
Pimienta,
La pimienta ha sido
el motivo y causa de grandes altercados. Es una especie de la familia de las piperáceas, y es el fruto, que se emplea seco como especia.
El fruto es una drupa de
aproximadamente 5 mm, que se puede
usar entera, partida ó en polvo obteniendo variedades como la negra, blanca,
rosa o verde, con la única diferencia del grado de maduración del grano. Desde
tiempo de la antigüedad, ya se tiene conocimiento de cultivos de pimienta en la
India y los escritos dicen que Alejandro Magno la introdujo en Grecia.Después los árabes dominaron el mercado por siglos hasta la caída del imperio Bizantino en que los venecianos se hicieron con el mercado y la negociación de estas pequeñas bolitas picantes. Se consideraba de tal rareza y exclusividad que se usaba como moneda de cambio para muchas transacciones mercantiles. Con posterioridad, el mercado de la pimienta ha estado dominado por el comercio portugués hasta que los holandeses se hicieron descaradamente con sus cosechas.
Pimentón,
Para determinar el origen de esta
especia, no nos tenemos que dejar engañar por algunas falsas verdades que
circulan y seguirán circulando en los ambientes gastronómicos como axiomas
absolutos. Vamos a ver, la historia nos dice que Colón, después del descubrimiento
de América, trajo consigo una cantidad de cosillas que eran únicas e increíbles,
pero de sobra es sabido y el que no lo sepa, se entera ahora, que como únicos e
increíbles eran y son los cuentos que nos legaron y perpetuaron como fabulosos. Muchos siglos antes de que Colón y sus intrépidos marineros salieran de paseo por el atlántico, los portugueses, los venecianos y los árabes ya andaban de aventuras y excursiones por las salitrosas aguas de los océanos, llegando incluso a lo que después se llamó América. La misiva de la época, el secretismo, era costumbre en los engendros egoístas que monopolizaban el conocimiento en posesión de un tesoro, porque a nadie le gusta que otros anden chusmeando por el fondo de casa para ver de dónde saco tal ó cual cosa, por tanto, tenían el monopolio de la pimienta , la canela, el azafrán, y otras especias de lujo, como el clavo, por lo que especulaban a sus anchas, haciendo que éstas fuesen objeto de veneración y reservadas sólo para los más poderosos, nunca para el pueblo. El asunto es que en Villalcázar de Sirga, en Palencia, se conserva en perfecto estado un sarcófago del siglo XIII, de la segunda esposa del infante Felipe, hermano de Alfonso X el Sabio. Se llama Leonor Ruiz de Castro y Pimentel, y en su mano sostiene un pimiento. Me dirá alguien como es posible esto, si no se vería un pimiento hasta el siglo XV descubierto por el señor Colón. Claro, cuento chino. Otra de las tantas que nos han colado y que siguen erre que erre para no dar el brazo a torcer, pero la historia no engaña, y el chisme tiene poco recorrido. Estrabón fue un gran viajero que, aprovechando la paz romana, recorrió casi todas las tierras de la Ecúmene, llegando a Armenia en Oriente, hasta Cerdeña en Occidente, y desde el mar Negro en el norte hasta los límites de Etiopía en el sur, y recorriendo el Nilo hasta Asuán en expediciones con las legiones romanas, iba acarreando esas cosillas que otros nos quisieron endosar como originales. Estrabón negoció con los mercaderes de oriente y entre cosa y cosa el pimiento entró en una de sus transacciones. Y he aquí, que la cocina sabe de ello. El pimentón ó ají es un condimento en polvo de color rojo y sabor dulce ó picante muy característico, obtenido a partir del secado y molido de determinadas variedades de pimientos rojos. Hay que usarlo con prudencia porque en exceso es amargo y en escasez es mezquino. Se quema muy rápido y en los preparados de charcutería es el elemento fundamental para lograr un excelente producto.
Mostaza,
La mostaza que consumimos hoy, generalmente hace
referencia al condimento envasado con apariencia pastosa, de color amarillo subido
casi verde pálido y de sabor picante, algunas, dulce otras y que se elabora con las semillas de varias plantas del género Sinapis.
La mostaza negra menos frecuente pero no menos antigua, se elabora con otra
clase de semillas de la familia de las brassicaceae. Los romanos fueron quienes definieron el mejunje de mostaza que conocemos en
nuestras cocinas modernas y para lograr el resultado, mezclaban zumo de uva sin fermentar,
conocido como mosto, con semillas de
mostaza, llamadas sinapis para formar el mustum ardens ó mosto ardiente. La empleaban como condimento casi fundamental para sus manjares gastronómicos, sobre todo para enmascarar un sabor un tanto putrefacto de las carnes de caza. Gayo Plinio menciona a las semillas de mostaza en sus escritos, como un añadido para los vinos especiados y como elemento fundamental para confitar vinagres. Pero el logro más sexy que obtuvieron fue la elaboración del moretum, un queso especiado que hoy se puede conseguir en los artesanos queseros del contorno veneciano. Como es de orden, normal y también costumbre, se empleaba como planta medicinal aplicada como poción contra los dolores de cabeza ó simplemente como digestivo. Los griegos la explotaban como condimento y Pitágoras recomendaba su consumo porque tenía la convicción que aumentaba la memoria y le daba alegría al cuerpo. Teofrasto dejó en sus escritos 250 a.C. cómo hacer para que el cultivo de la mostaza fuera fructífero.
Clavo de olor,
El clavo de olor se utiliza entero ó
molido, pero debemos emplearlo en poca cantidad porque es muy fuerte. Fue una
de las especias que mantuvo al mundo gastronómico en vilo por la guerra de las
potencias en su obtención, y bastaba un puñado de esta especia, para que una
cocina fuera más ó menos rica con respecto a otras. Los cocineros de los reinos lo sabían y como eran extremadamente recelosos, acumulaban los girofles como moneda de cambio para lograr otras especias como uno de los mayores tesoros gastronómicos, la canela. Al igual que el romero, el estragón y el tomillo, sirve para aromatizar y saborizar aceites y vinagres. La especia se usa también para fumarla y mezclada con marihuana se hacen unos cigarros llamados kretek.
Cúrcuma,
Las propiedades de la cúrcuma fueron
utilizadas por primera vez en la India entre los años 610 a.C. y 320 a.C.. En aquella época se utilizaba como colorante para la lana y a lo largo de la historia se ha empleado para colorear
partes del cuerpo. Pero su uso más extendido ha sido el de colorante textil. Como parte del abanico de especias culinarias se usa para colorear preparados y resultados dentro de la cocina tradicional de la India y la cocina del Japón lo suele servir con té. Es común encontrar cúrcuma como parte de los ingredientes del curry.
Ajo,
Desde tiempos remotos, y esto es mucho
más allá de 5000 años, el ajo se cultiva en Grecia, Roma y la India, y si es cultivado en climas fríos, adquiere un sabor más
picante. Esto proclamó diferencias y usos como la delicia que se aprovecha
cuando brota el vástago redondo
que tiende a enroscarse conocido por porrino, justo antes de que se prepare
para su cosecha. Los romanos lo consumían a granel y justo antes de la batalla, porque estaban creídos que el aliento fuerte producido por la alicina y por el disulfuro de alilo, era motivo arrollador para su poderío.
Sésamo,
El sésamo es originario de la India y de África, y se dispersó hasta América acarreada por los esclavos,
quienes utilizaban sus semillas para espesar y dar sabor a gran variedad de
platos. En los estados sureños de América del Norte y en el Caribe, donde el
sésamo fue introducido por estos esclavos africanos, se lo conoce mayormente
por su nombre en lengua Mandé, como benne,
y no debemos confundirnos de ninguna manera, porque benne en italiano significa
cubo.
Actualmente, las semillas de sésamo son una de las semillas oleaginosas más utilizadas en la cocina y repostería internacional,
principalmente en la oriental. Se usa
para sushi, ensaladas y algunas variedades de pan,
sobre todo en los hornos del norte de Europa.
Jengibre,
Los rizomas de jengibre se utilizan en la mayor parte de
las cocinas del mundo, pero la cocina asiática, es su mayor exponente. Los tubérculos
tiernos son jugosos y carnosos y con un sabor fuerte. Se conservan en vinagre como aperitivo ó simplemente se añaden
como ingrediente de muchos platos. Las raíces maduras son fibrosas y secas y el
jugo de los rizomas viejos es extremadamente picante y a menudo se utiliza como especia en la cocina china para disimular
otros aromas y sabores más fuertes, como el marisco y la carne de cordero. En la cocina occidental, el
jengibre, seco ó en polvo, se restringe tradicionalmente a alimentos dulces y se
utiliza para elaborar caramelos, pan de jengibre, para saborizar galletas y
como saborizante principal de la gaseosa dulce y carbonatada de jengibre ó ginger
ale. Habitualmente en el mercado se encuentra esta raíz originaria de China, sin embargo, el jengibre más valorado es el que procede de India, Australia y Jamaica. El jengibre, que se utiliza en la medicina tradicional asiática desde hace 2.000 años, es una de las plantas medicinales con mayores beneficios para la salud.
Nuez moscada,
Se sabe por escritos encontrados, que
Polibio hacía referencia 200 a.C. que la nuez moscada se usaba para quemarla como
una forma de incienso. Se sabe que se utilizó como
preciada y costosa especia durante la Edad
Media. En
tiempos isabelinos esta especia era tan popular que se creía que podía
evitar la peste y los árabes negociaron con la nuez moscada durante el Medioevo
en los prósperos mercados del Océano
Índico.A finales del siglo XV, Portugal se hizo cargo del comercio exclusivo de la nuez moscada, debido al Tratado de Tordesillas con España y a un tratado por separado con el sultán de Ternate, pero en el siglo XVII, este comercio fue acaparado por los holandeses y Portugal tuvo que ceder los mercados. La especia comercializada más característica es la nuez moscada común ó fragante Myristica fragans, oriunda de las Islas Banda en Indonesia, pero también se cultiva en el Caribe, en especial en Granada. Otras especies son la nuez moscada papú, de Nueva Guinea y la nuez Bombay, de la India.
Cominos,
Dicen los escritos, que en el año 1590,
el Marqués de Sully redactó la reforma agrícola para los contingentes llegados
desde mares y océanos lejanos donde se incluía al comino como especia
importante para el consumo de las sofisticadas cocinas de las cortes, pero ocho
siglos antes, Carlo Magno, deja claro en sus Capitulare de villis vel curtis imperii dirigiéndose a sus villici,
los gobernadores de sus dominios, que debían cosechar cominos para sus gentes y
almacenar esta especia para futuras expediciones, a la que le daban uso
medicinal en campaña. El comino tiene un característico sabor amargo y un olor muy fuerte y dulzón debido a su alto contenido en aceite. Se lo asocia a los preparados de la cocina hindú porque es un complemento especial para el curry, sin embargo, se usa en cantidad de elaboraciones solo ó combinado con otras especias.
Anís,
Esta hierba va de la mano del comino y
tiene su misma trayectoria en la historia de Carlos Magno. Donde había cominos,
había anís. Sus propiedades curativas eran muy apreciadas y se negoció del
mismo modo y se cultivaba de la misma manera que su asociado el comino, y como uso
medicinal estaba completamente agrupado a éste. En la cocina no se asocia tanto. Un
preparado que lleva anís, no se le agrega cominos. Para los licores, su base
fundamental es muy llamativa y se utiliza en extracto para dar un fuerte aroma
de fondo con suave sabor. En los hornos y tahonas se usan las semillas para repostería y panadería saborizada. Del mismo modo que los tallos del apio, los tallos tiernos del anís, son comestibles y su elaboración en ensaladas deja como resultado un plato delicado. Como el romero, el estragón, el tomillo y el clavo de olor, el anís se usa para saborizar y aromatizar aceites.
Y llegados a estos límites, no se negocia nada más que
saber utilizar cada una de las especias en la cazuela que corresponde y en la
circunstancia que se debe.
“El cocinero
en casa”