miércoles, 4 de julio de 2012

Donuts glaseados y otros con chocolate


Apto para celíacos. 
Vamos a preparar donuts tan buenos como los de fábrica. Usamos solo harina para celíacos. Los donuts de hoy los prepararemos de dos formas diferentes, al horno y fritos. Los donuts son atrayentes, sugestivos y dicen que hasta un pelín sexys. 
Todo sea por eso de la forma redonda que tienen, vamos, se me ocurre que será por eso, a saber… 
En este caso los vamos a hacer de la forma tradicional, azucarados y glaseados…. y luego le podemos añadir chocolate negro bañado……que la babilla se nos caiga de gusto. Vamos poniendo el horno a precalentar, a unos 180 grados, solo con calor abajo, para el horno eléctrico y normal para los hornos a gas. En una sartén profunda ponemos aceite de girasol para freír. 
Ahora en un cuenco desmigamos 25 gramos de levadura de panadería y la hidratamos con 125 cc de leche tibia, le sumamos dos huevos y 100 cc de aceite y batimos muy bien. Lograremos un líquido espumoso al que le volcamos medio kilo de harina de repostería. Podemos usar harina panificable si queremos que la masa nos quede más compacta. Le agregamos esencia de limón y dos cucharadas de azúcar. Amasamos y amasamos y amasamos hasta conseguir una masa suave y elástica. La extendemos sobre una tabla a un grosor de 7 a 8 milímetros y hacemos los discos agujereados.
 Los colocamos en una bandeja para horno y los dejamos leudar por espacio de media hora en un lugar cálido y sin corrientes de aire. Los discos que van a la fritura, los dejamos leudar de la misma forma. Pasado el tiempo de leudado ponemos la bandeja de horno en la parte alta y los dejamos cocinar unos diez minutos. Los retiramos y los bañamos con chocolate. Los que van para la fritura, los vamos haciendo con cuidado porque no se deben quemar por fuera y quedar crudos por dentro. 
Para esto debemos tener el aceite no muy caliente. Una vez fritos los bañamos con el glasé que hemos preparado con 100 gramos de azúcar y un cuarto de vaso de jugo de limón. Los disponemos en bandejas por separado ó juntos para recibir el despliegue de energía de los que se acercarán a devorarlos. Las fotos no representan ni la mitad del gusto con el que se los comieron la banda que esperaba el tema final y presentación.
Llegados a este punto, tenemos la satisfacción de la empresa bien terminada y el reconocimiento de los que serán agasajados con este delicioso plato, que no tiene precio.
“El cocinero en casa”

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