Apto para celíacos
Vamos a preparar un pollo de campo con
patatas como lo hacía la abuela. En estos días de vacaciones para algunos y
para otros que serán pronto, podemos hacer una excursión, ó lo que es ahora llamado eco turismo, por alguna de esas granjas ó fincas que se dedican a la cría de pollos de campo, y que se encuentran, probablemente, más cerca de nuestro
lugar de residencia de lo que nosotros imaginamos. No confundamos con un criadero de pollos industrial, y tendremos que saber si la granja a la que iremos de visita, es solo de cría ó es también de cría y venta. Desde luego sea una u otra será una aventura para
los más pequeños de la casa, que seguramente se lo pasarán en grande, y podremos
ver en primera persona cómo es el proceso de cría natural, de uno de los alimentos
fundamentales en nuestra dieta. Luego de todo el paseo obligado en reconocimiento de instalaciones y procedimientos, llegará el momento de decisiones.
Regamos todo con un chorro de vino blanco y pasamos el preparado al horno
caliente a 180 grados, en la rejilla del medio. Después de unos 35 minutos, más
ó menos, le damos la vuelta con mucho cuidado, agregamos caldo y dejamos que
siga en el proceso de cocción otros 15 minutos. Después de este tiempo tendremos
listo el pollo, dorado, crujiente,… vamos,… una pinturita.
Servimos sin hacer
mención a los pequeños de la casa sobre el origen de ese pollo, y disfrutamos un resultado exquisito. La consistencia y textura de la
carne se notará rápidamente y como es lógico, surgirá la controversia entre los
comensales sobre gustos y preferencias. Con polémica ó sin ella, llegamos a este punto final y
tenemos la satisfacción de la empresa bien terminada y el reconocimiento de los
que serán agasajados con este delicioso plato, aunque al principio cueste
reconocer, que no tiene precio.
“El cocinero en casa”
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