Apto para celíacos
Preparamos hoy una receta exquisita de la
cocina griega, una de esas que siguen perdurando en el tiempo y no le hace
sobra ninguna receta moderna. Cualquiera puede decir que un estofado de carne
es lo mismo en cualquier cocina, pero resulta que no. La particularidad de este
preparado está dada por la combinación de los ingredientes, la textura del
resultado y sobre todo, por el gusto que logramos al final. Para hacer una combinación
de sabores con canela, vino, mantequilla y cebollas, debemos tener un muy buen
sentido del gusto, porque de lo contrario lograremos un estofado simple e
insulso. Nos vamos a la cocina y elaboramos como hacía la abuela, con tiempo,
calma y sosiego, una receta antigua, una de las de antes.
Lo primero que
debemos conseguir es una olla de hierro, una de esas que no usamos a menudo y
la tenemos en el fondo del trastero. Si no tenemos una de esas ollas, entonces
debemos iniciar el preparado en una olla con fondo muy grueso ó en una olla moderna
con doble fondo. Bien, visto esto iniciamos el estofado. Elegimos un kilo de
carne para estofado y la más aconsejable para este plato, es el corte
denominado churrasco, ó lo que también llaman en algunas carnicerías, corte de
falda. Cortamos la carne procurando que cada corte lleve la misma cantidad y la
reservamos. No salar ni condimentar, solo la cortamos y la reservamos para luego.
Pelamos unas cuantas cebollas, y en función de la cantidad de carne, a más
cantidad de carne más cebollas. Con cinco cebollas pequeñas tenemos para un
kilo de carne. Pelamos las cebollas y las cortamos en cuatro. En la olla
ponemos una cucharada de 50 gramos de mantequilla y a fuego medio dejamos que
se derrita y hasta que tome color, en ese instante ponemos a dorar la carne. Doramos
por todos los lados y a continuación sumamos las cebollas. Dejamos que se
cocine por unos minutos removiendo de vez en cuando y agregamos dos pimientos rojos gordos cortados en tiras no muy finas. Removemos otra vez y le sumamos un vaso
de vino blanco junto con un par de hojas de laurel, una pizca de sal, otra de
pimienta y por último una cucharilla de canela. Podemos poner la canela en rama
si queremos que el sabor sea un poco más intenso, pero debemos pensar en esta
opción antes de iniciar el fondo y poner la rama de canela en el vaso con el
vino para lograr esa mayor intensidad en el sabor. Cubrimos con caldo y dejamos
que se cocine a fuego bajo hasta el punto en que la carne esté tierna y las cebollas
estén muy tiernas. El caldo puede ser sustituido por agua, pero recomiendo
tener caldo para estofados de este tipo, los resultados son especiales. Mientras el estofado llega a su punto, hervimos unas judías verdes frescas que usaremos como acompañamiento del plato. Las escurrimos y la servimos complementando un resultado exquisito.
Y
llegados a este punto, tenemos la satisfacción de la empresa bien terminada y el
reconocimiento de los que serán agasajados con este delicioso plato, que no
tiene precio.
“El cocinero en casa”
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