lunes, 6 de agosto de 2012

Estofado griego de carne


Apto para celíacos
Preparamos hoy una receta exquisita de la cocina griega, una de esas que siguen perdurando en el tiempo y no le hace sobra ninguna receta moderna. Cualquiera puede decir que un estofado de carne es lo mismo en cualquier cocina, pero resulta que no. La particularidad de este preparado está dada por la combinación de los ingredientes, la textura del resultado y sobre todo, por el gusto que logramos al final. Para hacer una combinación de sabores con canela, vino, mantequilla y cebollas, debemos tener un muy buen sentido del gusto, porque de lo contrario lograremos un estofado simple e insulso. Nos vamos a la cocina y elaboramos como hacía la abuela, con tiempo, calma y sosiego, una receta antigua, una de las de antes. 
Lo primero que debemos conseguir es una olla de hierro, una de esas que no usamos a menudo y la tenemos en el fondo del trastero. Si no tenemos una de esas ollas, entonces debemos iniciar el preparado en una olla con fondo muy grueso ó en una olla moderna con doble fondo. Bien, visto esto iniciamos el estofado. Elegimos un kilo de carne para estofado y la más aconsejable para este plato, es el corte denominado churrasco, ó lo que también llaman en algunas carnicerías, corte de falda. Cortamos la carne procurando que cada corte lleve la misma cantidad y la reservamos. No salar ni condimentar, solo la cortamos y la reservamos para luego. Pelamos unas cuantas cebollas, y en función de la cantidad de carne, a más cantidad de carne más cebollas. Con cinco cebollas pequeñas tenemos para un kilo de carne. Pelamos las cebollas y las cortamos en cuatro. En la olla ponemos una cucharada de 50 gramos de mantequilla y a fuego medio dejamos que se derrita y hasta que tome color, en ese instante ponemos a dorar la carne. Doramos por todos los lados y a continuación sumamos las cebollas. Dejamos que se cocine por unos minutos removiendo de vez en cuando y agregamos dos pimientos rojos gordos cortados en tiras no muy finas. Removemos otra vez y le sumamos un vaso de vino blanco junto con un par de hojas de laurel, una pizca de sal, otra de pimienta y por último una cucharilla de canela. Podemos poner la canela en rama si queremos que el sabor sea un poco más intenso, pero debemos pensar en esta opción antes de iniciar el fondo y poner la rama de canela en el vaso con el vino para lograr esa mayor intensidad en el sabor. Cubrimos con caldo y dejamos que se cocine a fuego bajo hasta el punto en que la carne esté tierna y las cebollas estén muy tiernas. El caldo puede ser sustituido por agua, pero recomiendo tener caldo para estofados de este tipo, los resultados son especiales. Mientras el estofado llega a su punto, hervimos unas judías verdes frescas que usaremos como acompañamiento del plato. Las escurrimos y la servimos complementando un resultado exquisito.
Y llegados a este punto, tenemos la satisfacción de la empresa bien terminada y el reconocimiento de los que serán agasajados con este delicioso plato, que no tiene precio.
“El cocinero en casa”

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