miércoles, 5 de septiembre de 2012

Tagliatelle con tomate y aceitunas negras


Apto para celíacos
La insistencia de varios lectores que han dejado su reclamo en el correo por los platos referentes a pasta, hace que otra vez me vuelque en este apartado. Todos tienen derecho a opinar y reclamar, y si puedo satisfacer esas reclamaciones, con mucho gusto lo hago, aunque a veces el tiempo es traidor. Todos los preparados publicados hasta ahora, han sido y están elaborados de dos formas, una con ingredientes normales y otra con alternativa para celíacos. Todas las fotos de los platos presentados son siempre con la alternativa sin gluten, para que refleje la exactitud que se logra ante el preparado normal. Si en un principio del escrito no aclaro “APTO PARA CELÍACOS” es que ese plato en concreto, no ha sido elaborado con ingredientes aptos para celíacos. Aclarado el reclamo y las dudas en este apartado, agradezco el interés mostrado en esta página, que trata de mantener vivas esas recetas de antes y hacer que nos comamos la vida un poquito más rica. Como ya se habrá notado en numerosas ocasiones, y en varios de mis escritos, la sangre tira mucho. El reconocimiento a la cocina italiana además de visceral es reverencial. Sin entrar a detallar por cuantas cocinas he pasado para aprender esa esencia que solo se puede adquirir con el tiempo y la costumbre, que ha sido además sustancial para reflejar la cocina de mi abuela italiana en el libro “Ricettario di cucina della nonna”, debemos reconocer que la cocina que ha influenciado a otras muchas, ha sido la cocina ancestral del impero romano. Podemos ó no podemos estar de acuerdo en alguna de las sugerencias que se reflejan en estas notas, y podemos ó no podemos estar de acuerdo en las elaboraciones y formas, pero a la hora de preparar pasta, hay un vertiginoso y profundo abismo con la cocina española. 
Nunca, y digo nunca con causa justificada, he comido una buena pasta en ninguna de las cocinas españolas, y han sido muchas, por las que he tenido a veces el placer, el privilegio y el honor, en algunas no tanto, de haber cocinado y sea por la causa que fuera, el motivo que lo batiera ó la razón que llevara al resultado, la pasta ha sido incomible. Hoy vamos a preparar pasta como debe ser, y vamos a cocinar la pasta como debe ser, y sobre todo, vamos a servir la pasta como debe ser servida.
Preparamos en primer lugar, un sitio adecuado para amasar pasta. Mesa de madera, rodillo, espátula para masa y un artilugio para secar pasta, que será simplemente un polo de escoba y dos soportes que lo mantengan en alto. Si ya han pasado por estos entuertos, entonces tendrán una máquina para amasado y estirado de pasta y un secador con acondicionador de temperatura y humedad, pero como dudo mucho de su implementación y sobre todo el uso continuo que habrán dado a estos artefactos, nos conformamos con el palote y el secado artesanal. 
Bien, vamos a la cocina y ponemos sobre la mesa de madera ó sobre una tabla bastante amplia, 100 gramos de harina. La mejor harina para prepara pasta es la harina del grano Durum cristalino, que es la genuina harina de sémola para elaborar la auténtica pasta italiana. Si no encontramos esa clase de harina, entonces compramos harina de fuerza. Vamos a preparar la masa. Hacemos un volcán con la harina determinada y ponemos un huevo. Por cada 100 gramos de harina un huevo, una pizca de sal y agua suficiente como para lograr una masa elástica y suave. La técnica del amasado es muy sencilla. Se van mezclando los ingredientes y se añade poco a poco el agua necesaria para obtener una masa compacta. En ese momento, se forma una bola y se pone sobre la superficie de trabajo enharinada. Se amasa hasta que quede lisa, brillante y fácil de manejar. Si está algo pegajosa, se espolvorea con un poco de harina y se deja reposar en lugar tibio. Pasado el tiempo de reposo que habrá sido entre 20 y 30 minutos, estiramos la masa hasta conseguir una película entrefina hasta 2 milímetros. Puede ser más gruesa si nos apetece comer pasta como se estila en el Piemonte. Ahora vamos a cortar la pasta. Para este paso enrollamos la masa sin presionar demasiado. Con un cuchillo afilado cortamos el grueso que pretendemos y seguimos cortando hasta finalizar la masa. En este caso cortamos tagliatelle, y deberán ser cortados con un ancho de un centímetro. Terminada de cortar la masa, estiramos los rollitos y la ponemos a secar y mientras tanto, en una olla grande se pone el agua a hervir, cuando esté hirviendo, se agrega la sal y la pasta, poco a poco para que no se corte el hervor. Se mueve con cuchara de madera y se deja cocer. Para comprobar el punto hay que probarla, debe estar al dente, es decir, cocida pero firme. La pasta fresca suele estar entre 2 y 4 minutos después de echada en el agua hirviente. Una vez cocida, se vuelca en un colador para que escurra y se mezcla inmediatamente con la salsa elegida, la que habremos preparado en sartén para terminar la presentación del plato. Los napolitanos, que son los maestros cocineros en preparar pasta, dicen que debe quedar con l`anima dentro, con el alma dentro, ó sea ligeramente cruda en su interior. La pasta se debe cocer al dente porque si permanece en agua caliente por más tiempo, pierde su consistencia ideal, rechaza los condimentos y pierde su aptitud para integrarse en la sazón elegida. Nunca, nunca se debe enfriar con agua antes de continuar su uso. La pasta sale del colador directamente a la sartén con salsa, no hay paso intermedio. La salsa que preparamos para hoy es muy sencilla. En una sartén ponemos una cucharada de aceite y unos dientes de ajo laminados, dos dientes está bien, inmediatamente a esto le sumamos cinco ó seis tomates maduros muy bien picados, depende del tamaño será uno más ó uno menos. Rehogamos todo a fuego bajo y dejamos que se cocine por unos minutos, hasta que comience a espesar. Condimentamos con sal y pimienta, e non fa niente di più per ottenere una buona salsa italiana. Ahora le sumamos aceituna negras partidas y dejamos solo un momento antes de volcar la pasta. Removemos todo y pasamos la pasta a la sartén para que se mezclen muy bien los ingredientes. Servimos en cada plato.
La pasta casera es insuperable y les puedo asegurar, que una vez probada, exigirán continuar con este gusto. Si estamos amasando la pasta para un régimen sin gluten, solo debemos agregar un huevo más por cada 100 gramos de harina panificable, serán dos huevos por cada 100 gramos de harina, y un chorrito de aceite. El amasado deberá ser un poco más elaborado y tenemos que agregar el agua muy poco a poco, porque esta harina es más suave. No se olvide de poner una pizca de sal. Estiramos y ejecutamos de la misma forma que para la pasta normal. La consistencia quedará exacta y el gusto casi idéntico. La ebullición tarda unos minutos más que para la pasta anterior pero debemos proceder de la misma manera una vez logrado el punto al dente, y conseguido este fin, tenemos la satisfacción de la tarea bien terminada y el reconocimiento de los que serán agasajados con este delicioso plato, que no tiene precio. Buon appetito a tutti.
“El cocinero en casa”                               

No hay comentarios:

Publicar un comentario