Los gnocchi como toda pasta fresca, deben
elaborarse con ingredientes de buena calidad. Para que la pasta quede como se
debe, moldeable, tierna y delicada es necesario tener buena patata porque de lo
contrario lograremos un mazacote imposible de comer. En este caso debemos
hervir esas patatas que llamamos harinosa. Los “gnocchi” o ñoquis, en italiano
la “i” final indica plural; en italiano “gnocchi”, y en castellano “ñoquis”,
son plato típico en toda Italia y hay ciudades que los tienen como plato
tradicional, en Roma, en Verona, en Nápoles y muchas otras poblaciones hay un
día especial para comer este preparado de pasta. Ahora nosotros nos vamos a la
cocina y hacemos nuestro día especial. En una olla, al fuego, con agua
hirviendo, cocemos medio kilo de patatas, hasta que estén tiernas, unos diez
minutos, más ó menos, escurrimos y las hacemos puré junto con un huevo, una
pizca de sal, una pizca de pimienta y una pizca de nuez moscada. Le vamos
agregando de a poco 150 gramos de harina y logramos una pasta firme
que no se pega en las manos. En el caso de régimen sin gluten la misma cantidad
de harina panificable. Amasamos y hacemos los rodillos finos ó del grueso que
pretendamos hacer los gnocchi y los cortamos en trocitos pequeños.
La forma se la podemos dar de dos maneras, ó los hacemos con la tablilla indicada para este menester ó los hacemos con los dedos a la antigua manera de la abuela. Para esta forma, presionamos cada trocito por el centro y lo hacemos correr unos centímetros, lo suficiente como para que la pasta se monte en el dedo como un caracol. No es fácil al principio, pero con maña se puede lograr un resultado que le será satisfactorio. Si se complica demasiado, los deja con la forma inicial de pequeño cilindro y quedarán igual de buenos y presentados. En la foto se muestran tal y como los hemos cortado sin moldear. Se ponen a hervir en abundante agua con sal y en el momento que suben debemos esperar unos minutos y escurrimos. La salsa que hemos preparado para este plato es la típica salsa bolognesa de tomate con carne picada, que los italianos tienen un cariño especial y que verteremos sobre los gnocchi cuando estén enplatados. Si le ponemos una salsa bechamel y queso mozzarella, están de miedo y si ponemos salsa de queso con champignones, exquisitos. Espolvoreamos con bastante queso parmesano rallado y a disfrutarlos. Llegados a este punto tenemos la satisfacción de la empresa bien terminada y el reconocimiento de los que serán agasajados con este delicioso plato, que no tiene precio.
La forma se la podemos dar de dos maneras, ó los hacemos con la tablilla indicada para este menester ó los hacemos con los dedos a la antigua manera de la abuela. Para esta forma, presionamos cada trocito por el centro y lo hacemos correr unos centímetros, lo suficiente como para que la pasta se monte en el dedo como un caracol. No es fácil al principio, pero con maña se puede lograr un resultado que le será satisfactorio. Si se complica demasiado, los deja con la forma inicial de pequeño cilindro y quedarán igual de buenos y presentados. En la foto se muestran tal y como los hemos cortado sin moldear. Se ponen a hervir en abundante agua con sal y en el momento que suben debemos esperar unos minutos y escurrimos. La salsa que hemos preparado para este plato es la típica salsa bolognesa de tomate con carne picada, que los italianos tienen un cariño especial y que verteremos sobre los gnocchi cuando estén enplatados. Si le ponemos una salsa bechamel y queso mozzarella, están de miedo y si ponemos salsa de queso con champignones, exquisitos. Espolvoreamos con bastante queso parmesano rallado y a disfrutarlos. Llegados a este punto tenemos la satisfacción de la empresa bien terminada y el reconocimiento de los que serán agasajados con este delicioso plato, que no tiene precio.
“El cocinero en casa”
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