Apto para celíacos
Vamos a preparar una exquisita tarta de
limón, ó llamada también lemon pie. Dice la historia por allí, que ya se había
documentado esta receta por el siglo 19 en la cocina americana, así que no es
de extrañar que tenga un antecedente aún más antiguo en la cocina inglesa. Este
pastel es un preparado en tres partes, una para preparar la masa, otra para
preparar el relleno y otra para preparar la cobertura. Unimos todas las partes
y obtenemos como resultado un delicado postre.
Nos vamos a la cocina y empezamos
preparando la masa que vamos a necesitar como base para nuestra tarta. En un
bowl ponemos 100 gramos de mantequilla junto con 150 gramos de azúcar, un huevo
entero y una yema. La clara la reservamos porque haremos uso de ella junto con
las otras tres más adelante. Rallamos un limón y conservamos el resto del limón
para hacer zumo. Le agregamos una pizca de sal y unos 250 gramos de harina de
repostería. Si preparamos la masa para régimen sin gluten, debemos usar harina
de repostería y una cucharilla de levadura. El procedimiento para la
preparación es igual. Con todos estos ingredientes logramos una masa suave y
lisa que no deberá pegarse en los dedos y la reservamos en la nevera envuelta
en papel film ó dentro de una bolsa de plástico por espacio de media hora.
Tiempo en el que haremos la crema para el relleno y el merengue. Vemos qué
hacemos con el relleno. En una olla ponemos 3 yemas y unimos las claras a la
anterior, un huevo entero, la ralladura de otro limón, el zumo de los dos
limones que serán unos 100 cc de zumo, 80 gramos de mantequilla, 100 cc de agua
y una cucharada de maicena. Batimos muy bien estos ingredientes y ponemos la olla
en el fuego como si fuéramos a preparar natillas. Batimos constantemente a
fuego moderado hasta que haga el primer ¡plop!, en ese instante, bajamos el
fuego al mínimo de los mínimos y seguimos batiendo sin distraernos por un
segundo, otros tres minutos, más ó menos. ¡Cuidado se puede pegar! Pasado el
tiempo retiramos y dejamos enfriar mientras preparamos el merengue, tenemos
tiempo hasta que pase la media hora de reposo de la masa. En un bowl que nos
tiene que servir para exponer al baño maría, ponemos las cuatro clara que
conservábamos junto con 300 gramos de azúcar. Colocamos el bowl al baño maría y
batimos muy bien hasta conseguir un merengue muy blanco y compacto.
Retiramos del baño y conservamos al fresco. Ya estamos más ó menos en tiempo de extender la masa. Enmantecamos y enharinamos una tartera y ponemos con cuidado la masa que estiramos con un palote. Recomiendo que se estire sobre una tabla que podamos manipular para poner el molde boca abajo sobre la masa y luego darle la vuelta. Evitaremos que se nos rompa la masa ya que es muy delicada. Pinchamos toda la superficie para que no se infle y ponemos en el horno por espacio de 15 minutos a una temperatura de 180 grados. Cuando está dorada la dejamos enfriar y comenzamos a prepara la tarta. Llenamos con la crema primeramente y luego cubrimos con el merengue. Podemos hacer unos copos para que el gratinado quede mejor presentado, pero el fundamento de esta elaboración es la satisfacción y el gusto. Volvemos a poner en el horno, que estará caliente y en la rejilla inferior por espacio de 5 minutos, lo suficiente para que los copos tomen color y presentamos nuestro triunfo al tendido.
Retiramos del baño y conservamos al fresco. Ya estamos más ó menos en tiempo de extender la masa. Enmantecamos y enharinamos una tartera y ponemos con cuidado la masa que estiramos con un palote. Recomiendo que se estire sobre una tabla que podamos manipular para poner el molde boca abajo sobre la masa y luego darle la vuelta. Evitaremos que se nos rompa la masa ya que es muy delicada. Pinchamos toda la superficie para que no se infle y ponemos en el horno por espacio de 15 minutos a una temperatura de 180 grados. Cuando está dorada la dejamos enfriar y comenzamos a prepara la tarta. Llenamos con la crema primeramente y luego cubrimos con el merengue. Podemos hacer unos copos para que el gratinado quede mejor presentado, pero el fundamento de esta elaboración es la satisfacción y el gusto. Volvemos a poner en el horno, que estará caliente y en la rejilla inferior por espacio de 5 minutos, lo suficiente para que los copos tomen color y presentamos nuestro triunfo al tendido.
Llegados a este término, tenemos la
satisfacción de la faena bien resuelta y el reconocimiento de los que serán
agasajados con este delicioso plato, que no tiene precio. Es exquisito.
“El cocinero en casa”
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